Por lo tanto, el proceso va mucho más allá de una rápida revisión del sitio web de un proveedor a la hora de evaluar una API de vídeo para desarrolladores de aplicaciones empresariales. Entre las consideraciones clave están la seguridad, los modelos de implantación, la integración de flujos de trabajo, la personalización, la conformidad y la escalabilidad. Estos factores no son sólo casillas que hay que marcar: son cruciales para garantizar que la solución elegida se ajusta a las necesidades únicas de la empresa y la aplicación.
